Brumas

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Desde el bar de aquella estación, observo perplejo aún con el azucar de aquel café, la silueta de un eterno sol. Y aunque ese vidrio no refleja, yo estoy allí.

Entre celeste y pasteles,
entre faldas y carteras.
Aún cuando mi corazón falta,
me repongo ante el amanecer.

Si supiera cuanto cuesta,
cuando debe y cuanto paga,
tal vez si...
Podría sentir el amanecer
que ese vidrio si refleja.
La esperanza y el sosiego.

31/03/2007 Desde una mesa en un bar de una terminal de un lugar llamado San Carlos de Bariloche

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